Las personas que son socias y/o amigas de Agua de Coco tienen la oportunidad de conocer Madagascar a través de los proyectos que allí desarrollamos, además de gozar del placer de convivir con sus gentes, conocer su cultura, sus costumbres, etc. Vivencias que harán del viaje una experiencia inolvidable. Para ello, y como muchas veces no es fácil lanzarse a la aventura, ponemos en contacto a un pequeño grupo de 10-12 personas que le interesa venir a conocernos, para recorrer la isla en un minibús particular guiados por un voluntario de la ONG.

El viaje solidario a Madagascar lo venimos realizando desde hace 3 años y todos nuestros viajeros coinciden en afirmar que se trata de un recorrido enriquecedor además de divertido. “No recomiendo a nadie que visite Madagascar de otra manera” declaró Javier, uno de los turistas que vino con nosotros a Madagascar en el verano de 2015.

Este año 2017, el guía de nuestro viaje es Félix Garrido, maestro de primaria y voluntario de Agua de Coco desde hace también 3 años, aunque él y su familia son socios desde hace muchos más años. “Conocí la ONG –comienza explicando Félix- en un viaje que hice a Madagascar con mi mujer en 2006, recomendados por unos amigos que colaboran con Agua de Coco desde hace más de 10 años; nos hablaron tan bien de la ONG que no dudamos en ir a conocerla lo antes posible. Estuvimos de voluntarios unas semanas trabajando en algunos proyectos en Tulear y Mangily y lo pasamos tan bien con los demás voluntarios, con los niños/as y con José Luis y su familia que teníamos claro que volveríamos pronto”.

Félix se siente feliz de ser el próximo guía. Se declara ser un enamorado de la isla y considera un privilegio tener la oportunidad de darla a conocer a otras personas: “Es un viaje que recomiendo a todo el mundo porque Madagascar es una isla preciosa con grandes contrastes. Tiene una fauna y una flora única, con cantidad de especies endémicas muy llamativas, diversos parques nacionales a cual más bonito y, sobretodo, una gente encantadora, hospitalaria y súper curiosa que te reciben siempre con una sonrisa allá donde vayas.

La segunda razón por la que recomiendo  viajar a Madagascar, y no menos importante, es la solidaridad. A mi modo de ver, conocer un país es conocer su gente y la mejor manera de hacerlo es ver cómo viven, qué inquietudes y necesidades tienen, qué les gustaría cambiar o mejorar de sus vidas y cuáles son las cosas que les hacen felices. Todo eso es muy difícil conocerlo si se hace un viaje de turismo convencional, ya que apenas hay contacto con los lugareños, pero por suerte, con este tipo de viaje existe la posibilidad de conocer cómo trabajan las ONG’s”.

Como en años anteriores el viaje comienza siguiendo la ruta trazada por los proyectos de Agua de Coco. 1000 kilómetros de baches y polvo, desde Tana, la capital, hasta Mangily, punto final del viaje, donde descansaremos en el Hotel Solidario Mangily, cuyos beneficios revierten en los proyectos de Agua de Coco. El resto de la ruta pasa por ciudades como Ansirabé, famosa por su sal y sus aguas termales; Ambositra, por la que pasearemos para conocer sus mercados de artesanía; los Parques Nacionales de Ranomafana e Isalo, donde haremos senderismo por parajes de ensueño; Fianarantsoa, Tulear y Manguily, ciudades protagonistas de algunos de los proyectos que llevamos a cabo en Madagascar. Es un viaje en el que tendremos la oportunidad de conocer formas de vida diferentes y paisajes imponentes ¡Muchos lugares por descubrir en dos semanas!

El grupo ya está completo, !pero toma nota para el año que viene!

Fechas: 10 al 25 de julio.

Precio aproximado: 700 € + vuelos (precio total con vuelos incluidos: 1200-1500€).

Reserva de plaza: escribir a viajemadagascar@aguadecoco.org e ingresar 100€ en el número de cuenta ES64 2100 1902 11 0200094908 con el concepto: NOMBRE + JULIO ¡Antes del 31 de MARZO!

 

**En Agua de Coco no cobramos ninguna comisión por el viaje, ya que nuestro interés es dar a conocer este gran país y la labor de nuestra organización sobre el terreno.Tampoco actuamos como agencia de viajes. Únicamente se reparten los gastos del guía entre los viajeros y viajeras.