Entrevistamos a Raquel, voluntaria de Aigua de Coco Andorra que está realizando un voluntariado en Coconut Water Camboya. En el rato que hablamos con ella nos cuenta algunos datos muy interesantes para entender la realidad social del país.
¿Hace cuánto tiempo que llegaste a Camboya y qué estás haciendo en el equipo de Coconut Water? Hasta cuándo te quedas?
Llegué a Camboya el 17 de septiembre, hace dos meses y medio. Mi intención es quedarme hasta finales de febrero. Me incorporé en seguida al equipo de Coconut Water, echando una mano en la gestión y puesta en marcha de nuestro proyecto de escolarización. Durante estos meses también impartiré pequeños talleres pedagógicos a nuestros educadores sociales.
¿Cuál es tu impresión sobre los proyectos que desarrollamos allí?
Coconut Water está haciendo una gran labor apoyando en la escolarización de más de 200 niñas y niños de las zonas menos desarrolladas de Battambang. Durante las vacaciones escolares, nuestros educadores sociales recorren diferentes zonas rurales de la ciudad, entrevistando a familias para conocer su situación y así incorporar a sus hijas o hijos en nuestro programa. Muchas familias no disponen de los recursos ecónomicos suficientes para que sus hijas e hijos puedan asistir al colegio, por lo que proporcionarles las becas escolares con el material necesario significa una oportunidad de futuro para ellos. El trabajo con las familias es fundamental, ya que uno de los mayores problemas con el que nos encontramos es el abandono escolar durante el curso ya sea por problemas económicos o por desmotivación. Por eso antes de empezar las clases, se conciencia a los padres sobre la importancia de apoyar y motivar a sus hijas e hijos a asistir al colegio durante todo el curso, ya que aunque no sea un resultado immediato, el tener estudios mejorará la calidad de vida de todos los miembros de la familia.
¿Cuál es la situación de las familias de nuestros beneficiarios?
Estoy teniendo la oportunidad de poder visitar a algunas de las familias de nuestros beneficiarios y así conocer su realidad de primera mano. Para estas familias no existe un salario estable, y con suerte ganan $5 al día vendiendo la cosecha de las plantaciones improvisadas alrededor de sus casas. Esta inestabilidad hace que muchos padres vayan a trabajar ilegalmente a Tailandia para conseguir un supuesto mejor salario, ausentándose durante largos periodos de tiempo (a veces hasta dos años) y dejando a la abuela o los abuelos como responsables de los pequeños. Es muy habitual que las familias estén desestructuradas ya sea por este motivo, o bien porque uno de los progenitores ha fallecido o abandonado a la familia.
A esto, se suman las condiciones en las que viven: casas con lo básico para sobrevivir, con poca higiene trayendo consigo enfermedades sobretodo digestivas, y el mal estado de los caminos de acceso a cualquier lugar, incluido el colegio. En algunos casos nuestros beneficiarios viven muy lejos del colegio de su zona, teniendo que recorrer a diario unos 10km en bicicleta (si la tienen) de caminos tierrosos en muy mal estado y que se convierten en intrasitables en época de lluvias, llegando a tardar hasta dos horas.
¿Qué impacto crees que tiene la educación en la sociedad camboyana y en la lucha contra la pobreza?
La educación en cualquier país representa el «motor de desarrollo» de la sociedad, un país sin educación no puede avanzar. Camboya es un país que ha sufrido mucho históricamente hablando. Tiene un pasado reciente de años de guerra: salpicada y duramente bombardeada durante la guerra de Vietnam, posteriormente entró en una guerra civil que acabó con la instauración del régimen de Pol Pot y los khmeres rojos y el genocidio del 30% de la población. Durante este régimen, que ocurrió hace menos de 50 años, el país se estancó en todos los aspectos, sobretodo a nivel educativo, ya que cualquier persona letrada era ejecutada, incluso sólo ante la sospecha, que podía ser llevar gafas. Hoy en día el partido que gobierna lleva haciéndolo durante más de 30 años bajo un mandato de corrupción y opresión de la población.
Con todo este contexto, se puede entender el porqué de un sistema educativo muy básico en el que los alumnos aprendren a base de repetición y en el que apenas se da margen a la creatividad y pensamiento crítico. Por suerte, desde hace unos años disminuyó la tasa de población infantil no escolarizada, y esto es muy importante para luchar contra la pobreza del país.
¿Qué es lo que más te está gustando de tu experiencia en Battambang?
Hace unos meses estuve viajando por el país y me enamoré rápido de Battambang. A primera vista, esta ciudad no tiene muchos atractivos pero el día a día la convierte en un lugar especial, se está muy tranquilo sin que te falte de nada y alejándote unos pocos kilometros llegas a unos paisajes impresionantes. Uno de los lugares que más me gusta de la ciudad son sus mercados, ya que en ellos todavía se siente la autenticidad del país, es como pasear en el tiempo.
El carácter de los khmeres también ayuda mucho a sentirse bien, son muy simpáticos y amables en general, dispuestos a ayudarte cuando lo necesitas y encantados de explicarte sobre su cultura y país.
Para mi es un privilegio el estar aquí, hacía años que soñaba con realizar un voluntariado de larga estancia. El viajar siempre te abre el alma pero el poder vivir durante un tiempo en un lugar como Camboya está siendo una experiencia única. La verdad es que no puedo pedir mucho más!