¿Y si te dijese que existe una especie de plantas que conforman un ecosistema capaz de almacenar entre tres y cuatro veces más carbono que los bosques terrestres? Esa especie de plantas es el manglar, una de las especies más capaces en la retención de carbono. Son bosques submarinos de baja profundidad formados por árboles resistentes al agua salada, y se encuentran en las regiones tropicales y subtropicales alrededor del mundo. 

La contaminación y los efectos de la crisis climática ha mermado la proliferación y las condiciones de vida de estos ecosistemas, afectándoles especialmente la contaminación de las aguas, procedentes de los vertidos de zonas urbanas. Los manglares están desapareciendo mucho más rápido que los bosques terrestres, y en datos de la UNESCO hemos conocido que la presencia de manglares se ha reducido a la mitad en los últimos 40 años en todo el mundo. Hay lugares del mundo donde los datos son aún más demoledores, por ejemplo, en dos islas de Fiyi hasta el 90% de los manglares han desaparecido en un periodo de 20 años. Estamos por tanto ante una gran amenaza ecológica, ya que su servicio como sumidero de carbono es esencial para la vida, así como su papel de protección y hogar para muchas especies de peces y crustáceos. 

Por tanto, la reforestación de los manglares es una tarea esencial en la recuperación de nuestros ecosistemas. En Madagascar existe una ecorregión de manglar con una superficie de 5.500 kilómetros cuadrados, repartidos entre la costa oeste y este de la isla. Muchas especies endémicas de Madagascar tienen estos manglares como hábitat natural, como son la garza malgache, la cerceta malgache o el martín pescador malgache. Si bien algunos de los manglares se encuentran en el parque marino protegido de la ‘’Reserve Mananara Biosphere’’, el estado de conservación de los manglares a nivel general en la isla es considerado actualmente de vulnerable. El desarrollo urbano, la pesca, el cultivo de arroz, la explotación de la sal marina y la acuicultura de crustáceos son actividades humanas que han contribuido y contribuyen a la desaparición de los manglares en Madagascar.

La Fundación Agua de Coco vela por la preservación y reforestación de los manglares, y desde 2019 se realizan varias campañas de plantación de manglares en Tsigorintelo al año. El pasado viernes 7 de junio, 80 estudiantes de nuestra escuela de las Salinas junto a un equipo de voluntariado de Kinome France y Colas participaron en una jornada de reforestación donde se consiguieron plantar 1000 plantones.

 

 

Así mismo, desde 2010 Agua de Coco junto con el Biodomo de Granada ha puesto en marcha un proyecto de micro-reserva en el sur de Tsongorintelo, destinada a la protección de la fauna y flora marina, entre ellos manglares de distintas especies. 

Estamos por tanto ante un ecosistema muy necesario para la vida tanto humana como animal, y que es un deber preservar. Revertir el daño realizado es posible y el compromiso con ello debe ser firme. 

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