800 millones de personas aún viven con menos de US$1,25 al día y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados. Hoy, en el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, se nos recuerda el camino hacia la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y también que la pobreza no es algo accidental o que viene dado, sino algo causado por un sistema económico y social injusto (históricamente presente), entre otros factores importantes.

En palabras de la ONU «La pobreza es en sí misma un problema de derechos humanos urgente y es a la vez causa y consecuencia de violaciones de los derechos humanos, pues se caracteriza por vulneraciones múltiples e interconexas de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, y las personas que viven en ella se ven expuestas regularmente a la denegación de su dignidad e igualdad. Reducir la pobreza y erradicarla es por tanto una obligación de todas las sociedades.».

Por ello es importante que desde los países del Norte tomemos medidas con pequeños cambios que podemos hacer en nuestro día a día para aportar nuestro granito de arena. Por ejemplo, plantearnos qué modelo de consumo existe en los países occidentales y de qué manera podemos consumir de forma más responsable.

Centrándonos en el consumo responsable, la idea es que revisemos nuestras prácticas diarias, que caminemos hacia un consumo más responsable, más justo que apoye la economía solidaria, el reciclaje, el comercio justo, el intercambio y trueque, etc. Una vida que genere menos deshechos.

¿Cómo empezar?
Lo primero es hacernos las preguntas adecuadas: ¿lo necesito?¿por qué tenemos que tener de todo? ¿por qué las cosas que compramos se estropean tan rápido? Observar nuestros hábitos de consumo; Informarnos las necesidades y todo el ciclo de vida de los productos y servicios: materias primas, procesos de producción, derechos laborales, modelos empresariales y comerciales, marcas, publicidad, transporte, embalajes, uso y residuos.

En la práctica, un modelo de consumo consciente y responsable tiene tres cualidades que nos encantan: la solidaridad, la sostenibilidad y la justicia. El consumo responsable nos da la oportunidad de ver de un modo claro, directo y concreto los vínculos entre la inclusión y exclusión social, entre las injusticias del mundo y nuestro día a día. En tu barrio existen múltiples iniciativas prácticas que ayudan a entender las vías para la transformación.
Pero para hacerlo más práctico, aquí tienes 58 ideas para tu vida diaria:

Desplazarte en bici o a pie
Informarte en canales alternativos
Compra y consume comercio justo
Consume local y/o artesanal
Priorizar el mercado de barrio
Priorizar el pequeño comercio
Consume agricultura ecológica
Consume ganadería ecológica
Utilizar cosmética natural
Uso de software libre
No compres/ des limosna a niñ@s
Compra muebles con maderas certificadas
Utiliza pilas recargables
Utiliza bombillas de bajo consumo
Compra prendas de algodón certificado (G.O.T.S.)
Usa el transporte público
Consume alimentos de temporada
Apaga la luz
Recicla
Reutiliza
Repara, recupera, cose y remienda.
Usa envases de cristal
Usa riego por goteo
Pasa calor en verano, y frio en invierno; o vístete en consecuencia
Planta árboles (casa y en tu barrio)
Reutiliza bolsas de la compra
Apaga los aparatos electrónicos
Ahorra agua: ¡cierra el grifo!
Lleva una botella o termo propio para beber en el trabajo
Inspira a otras y otros
No compres domingos ni festivos
No entres en las tiendas 5 minutos antes de la hora de cierre
Lee las etiquetas de los productos
Pide productos sostenibles en el comedor escolar, la cafetería,…
Movilízate, quéjate
Rechaza la obsolescencia programada
Convierte en compost tu basura orgánica con una compostera doméstica
Consume productos de temporada
Apaga la televisión, deja de ver publicidad
Participa en un banco del tiempo
Descubre el trueque, grupos de intercambio en facebook, foros de compartir coche, casa, vacaciones, etc.
Apoya a cooperativas y empresas de economía solidaria
Apoya campañas transformadoras y reivindicativas
¡Agua y jabón! Evita los químicos en tus productos de limpieza. Con menos detergente limpias igual
Usa y promueve los pañales de tela
Sustituye tu papel de cocina por trapos y servilletas de tela
Sustituye las toallitas de bebé por toallas de algodón, agua y jabón
Sustituye las bolsas de plástico por una bolsa plegable de tela
Aprovecha el agua de la ducha para la cisterna del water.
Lava las manchas a mano antes de poner la lavadora y usa lavado en frío
¡Pasa de la moda!
Usa la escalera en lugar del ascensor
No imprimas, ¡súmate a los avances de la tecnología! Archivos almacenados en “la nube”, para leer desde el móvil, e-book, etc.
Experimenta con un huerto en tu terraza, o únete a huertos urbanos
Entra en un grupo de consumo, eco-mercado, etc.
Evita el papel de aluminio, envuelve tu merienda en tela
Compra lo que consumes, no sobrecargues tu nevera o congelador
Presta, intercambia y compra de segunda mano.

*Gracias a Wikipedia y a Medicos Mundi Álava, por su campaña “Consume con sentido”

 

En relación a estos cambios de consumo, hace unos meses explicábamos por qué no mandamos ropa y objetos a Madagascar y Camboya.