Raquel, voluntaria Aigua de Coco en Andorra¿Por qué elegiste Agua de Coco para realizar tu voluntariado?

Fue por casualidad… Había decidido que ese verano me iba de voluntariado. Estuve buscando diferentes ONGs pero ninguna me acababa de convencer, sobre todo porque la mayoría pedía unos requisitos de currículum o económicos que me parecían excesivos para hacer un primer voluntariado.

Ese año estaba trabajando en un colegio y a mediados de curso regresó de Madagascar Jonathan Pisonero (presidente de la asociación en Andorra). Había estado unos meses de voluntario, así que tuve la suerte de conocer de primera mano todo lo que se hacía allí, con fotos, vídeos… El único requisito que necesitaba era tener ganas de vivir una nueva experiencia… así que no me costó mucho decidirme. Al volver estaba tan emocionada con lo vivido que me impliqué con todas las actividades que se realizaban aquí. Lo que más me anima a seguir con Aigua de Coco es haber visto que todo lo que se hace desde Europa tiene sus frutos en Madagascar y en Camboya.

 

Tu voluntariado se desarrolla principalmente en la organización de eventos ¿Qué tipo de actividades se suelen organizar para apoyar las campañas de Agua de Coco?

Como actividades fijas participamos en la Fira d’Associacions d’Andorra la Vella desde hace 4 años. Es una feria en la que tenemos un stand con artesanía de Madagascar y Camboya, y aprovechamos para que la gente nos conozca, por si quieren hacer un voluntariado con nosotros o colaborar haciéndose socio o socia. También hemos tenido aquí a la Malagasy Gospel durante 5 años.

Pero además, durante estos años hemos realizado otras acciones; desde conciertos solidarios, rifas… hasta una plantada de árboles para apoyar la última campaña  medioambiental «Los pies en la tierra». En una ocasión también participamos en la Festa de la Juventut organizando un torneo de fútbol pasillo para los más pequeños.

 

¿Qué conlleva organizar un evento de Agua de Coco?

Lo primero, mucho tiempo y ganas. Tener presente cuál es el principal objetivo del evento, si sólo queremos darnos a conocer o si también queremos recaudar fondos para alguna campaña. Hay que tener en cuenta el espacio donde realizar la actividad, y contactar con diferentes personas que nos lo puedan ceder. Por suerte, la gente suele ayudarnos mucho sin pedir nada a cambio. Y finalmente difundir, solemos colgar carteles por las calles además de publicar en las redes sociales, y como Andorra es un país pequeño, el boca a boca funciona muy bien.

 

¿Recuerdas alguna acción especialmente original o que tuviese un gran calado?

Yo creo que para todos la actividad que más ha calado es la Malagasy Gospel. A la gente le encanta, siguen viniendo después de 5 años y a muchos se les escapa más de una lágrima durante la actuación. Es un evento que llega al corazón de las personas.

Y para nosotros también es muy especial, primero por toda la organización que requiere: hay que conseguir sala para la actuación, alojamiento, comida y hacer un plan con las actividades para los 3 o 4 días que se queden las niñas. Pero tras todo el esfuerzo llega la recompensa, que es poder estar con las niñas de la coral, ver cómo disfrutan cuando realizan las actividades, enseñarles los colegios que están hermanados con otros de su ciudad… Sin duda es la que más nos llena.

 

¿Cómo es el trabajo de coordinación con otros voluntarios y voluntarias?

La verdad es que para nosotros es bastante fácil coordinarnos, sólo somos 3 voluntarios activos y nos une una buena amistad. Solemos vernos por lo menos una vez  a la semana, después del trabajo; hay días en que estamos agotados pero disfrutamos de lo que hacemos, así que no nos importa quedarnos hasta tarde. Hemos tenido ayuda de otros voluntarios y voluntarias, pero por motivos de trabajo o personales no han podido implicarse todo lo que les hubiese gustado.

Hay que tener en cuenta que Aigua de Coco Andorra existe desde 2011, y ahora es cuando empieza a darse a conocer de verdad; este verano tenemos a diferentes personas de voluntariado internacional, que es lo que más anima a formar parte del equipo a su regreso, ¡así que esperamos ampliar la familia poco a poco!

 

¿Qué te está aportando esta experiencia?

En mi vida hay un antes y un después con Aigua de Coco. Yo siempre he sido una persona muy tímida y el hecho de formar parte de la asociación me ha ayudado mucho, y la verdad es que cada día disfruto más organizando eventos y explicando a la gente qué es lo que hacemos, incluso me ha tocado dar alguna conferencia… ¡quién me lo iba a decir! Y sobre todo saber que con tu trabajo desde aquí estás aportando un granito de arena allí, eso llena mucho… y ver que no sólo estás tú, sino que hay muchas más personas detrás trabajando voluntariamente, eso me ayuda a seguir creyendo en lo que hago, a seguir luchando por un mundo más justo y humano.

 

¿Recomendarías ser voluntario en Agua de Coco? 

Evidentemente que recomendaría ser voluntario con Agua de Coco; yo hace relativamente poco tiempo que formo parte del equipo pero se nota que se trabaja con mucho cariño y entusiasmo y así las cosas siempre salen bien.

En cuanto a voluntariado internacional, cuando la gente me pregunta cómo es Madagascar siempre les contesto que hay que vivirlo para sentirlo, con palabras es difícil de explicar… hacer un voluntariado te abre la mente, a otras culturas y maneras de hacer distintas a las nuestras pero no por ello peores. Es un tópico pero es cierto que los que menos tienen son los más felices… pasear por la calle y que la gente sin conocerte te salude y sonría constantemente es un regalo que te llevas para siempre. Se aprende a dar más valor a lo humano que a lo material. Creo que todo el mundo debería realizar un voluntariado una vez en la vida, del tipo que sea.