La historia más reciente de Camboya ha estado marcada por casi cuatro años de genocidio perpetrado por los guerrilleros comunistas y maoístas “jemeres rojos”, durante el gobierno del líder Pol Pot entre 1974 y 1979 en lo que llamaron la República Popular de Kampuchea. Esta tragedia, que ha dejado cicatrices muy profundas en la sociedad jemer, sigue siendo el punto de partida de cualquier análisis sociopolítico que se quiera realizar sobre el país.
Hoy en día, tras la celebración de las elecciones generales que puesto en el poder al Partido Popular de Camboya (CPP) liderado por Hun Sen tras la disolución forzada del mayor partido opositor, se respira un clima tenso. El dirigente, en el poder desde 1985, se ha asegurado un nuevo mandato de cinco años más en unos comicios marcados por los sobornos y las amenazas al electorado camboyano. El líder de la oposición lleva 9 meses en la cárcel, los medios de comunicación independientes han tenido que cerrar y muchos periodistas están siendo procesados por acusaciones falsas, junto con varios representantes de la sociedad civil camboyana y de ONG internacionales.
En Agua de Coco llevamos 25 años trabajando en la ciudad de Battambang para mejorar la situación socioeconómica de los colectivos en riesgo de exclusión social, haciendo especial hincapié en la infancia y en las mujeres, y nos enfrentamos a un reto muy complejo.
A través de nuestra contraparte local, Coconut Water Foundation, no solamente garantizamos que los niños y niñas tengan acceso a una educación básica de calidad, sino que también ofrecemos un amplio abanico de actividades extraescolares, que comprenden clases de refuerzo escolar, de alfabetización digital, de deporte y sensibilizacióm sobre temas de interés como la igualdad de oportunidades para niños y niñas.
Asimismo realizamos un seguimiento social de las familias de los niños y niñas beneficiarias que nos permite prevenir, detectar y evitar los riesgos que corren estos menores y que están directamente relacionados con la pobreza, como por ejemplo el abuso sexual, la trata, la prostitución y la explotación laboral. Para ello, trabajamos con diferentes centros escolares de la zona y con el Ministerio de Educación, Juventud y Deporte, con el cual firmamos periódicamente un memorandum de entendimiento que garantiza el apoyo del gobierno hacia los proyectos que Coconut Water Foundation lleva a cabo en Battambang.
Estamos expectantes mientras seguimos con un poco de preocupación los acontecimientos que está viviendo Camboya, esforzándonos para que los efectos de la inestabilidad política no repercutan de forma negativa en la vida y en la educación de nuestros beneficiarios y beneficiarias.
Consideramos que los y las menores que constituyen el futuro del país, tienen que estar en el centro de toda política de desarrollo, que se puede lograr sólo a través de la eliminación de las desigualdades sociales. Por lo tanto, adoptamos un enfoque basado en derechos humanos, que nos permite promover y proteger a los colectivos con los cuales trabajamos, para fomentar el fortalecimiento y desarrollo de las capacidades deestas personas.
Para que Camboya tenga futuro más democrático, pacífico y socialmente justo hace falta el compromiso de todos y todas, a todos los niveles. En Agua de Coco estamos al pie de cañón y no vamos a parar.