Nombre del Proyecto: EL ARTE Y LA MÚSICA AL SERVICIO DE LA EDUCACIÓN Y PROTECCIÓN DE LA INFANCIA FRENTE AL COVID-19
Entidad Financiadora: Ayuntamiento de Córdoba
Periodo de ejecución: 01/12/2020 a 28/02/2022
Subvención otorgada: 11.904,10 €
Resumen de proyecto
El objetivo del proyecto era «Mejorar el desarrollo individual (educación, responsabilidad, compromiso, valores) de los jóvenes vulnerables que viven en la extrema pobreza a través de la educación y de herramientas como el arte y la música frente a las consecuencias de la pandemia del COVID-19».
Se puede concluir que la existencia de actividades extraescolares en zonas desfavorecidas como Tuléar ayuda a los y las jóvenes a mejorar su bienestar. Las actividades extracurriculares, como el arte y la música, son muy beneficiosas para que los y las jóvenes en situación de vulnerabilidad eviten la delincuencia juvenil y los riesgos de su entorno, como la desescolarización, el proxenetismo, los embarazos precoces, el abuso físico o moral y la violencia.
Además, como demuestra el estudio realizado por Laurie Decarpenterie de la Universidad de Quebec en Montreal (UQAM) con el propio alumnado del CASEM, los y las jóvenes que practican una disciplina artística o musical aumenta su bienestar y su autonomía personal frente a jóvenes que no practican ninguna.
Se puede observar que la mayoría de del alumnado que ha participado en las actividades del CASEM han tenido una evolución positiva en su rendimiento escolar y son más conscientes de la importancia de terminar sus estudios para poder obtener un mejor futuro. Ello ha sido posible, también, a la presencia de una educadora pedagógica que ha apoyado y reforzado las competencias de aprendizaje de los y las menores con mayores dificultades.
La crisis sanitaria no impidió que el CASEM continuara con sus actividades, aunque lo hizo de forma reducida y con pequeños grupos. Una buena organización, limitar los grupos a 50 personas y realizar las actividades al aire libre permitió que el CASEM siguiera ofreciendo un ocio positivo e inclusivo a jóvenes y menores de Tuléar.
El equipo de animadoras socio-culturales realizó un seguimiento psico-social y afectivo de las personas inscritas en el CASEM y reforzaron el puente entre el centro y las familias, para que conjuntamente se buscasen soluciones a los problemas que afectaban a los y las menores. Se contó con el apoyo de la Célula de escucha activa y la Plataforma de Protección de la Infancia de Tuléar para los problemas que necesitaban de un acompañamiento más profesional. Así se refuerzan las redes entre diferentes agentes de la sociedad civil de la región.
En vista de que la pandemia del COVID-19 sigue teniendo una incidencia importante, se trabajará para que las medidas barreras permitan al CASEM seguir funcionando con la mayor normalidad posible y ofreciendo los servicios integrales a sus usuarios y usuarias.
En conclusión, el proyecto ha contribuido a crear un entorno favorable y propositivo para el desarrollo personal de los y las jóvenes de Tuléar que viven en extrema pobreza. A pesar de estar en un entorno con tradiciones ancladas que, a veces, chocan con los derechos de la infancia, se sigue trabajando para concienciar a la población de la necesidad de garantizar esos derechos a los y las menores para mejorar su calidad de vida presente y futura.
Y ahí es donde los y las jóvenes inscritas en el CASEM han demostrado ser el mejor canal de comunicación, concienciación y sensibilización de la sociedad de Tuléar, a través de sus espectáculos, siendo jóvenes activos motor del cambio que quieren para ellos mismos y para las futuras generaciones en su país. Jóvenes educados y concienciados que cambian la realidad que les rodea mejorando sus condiciones de vida, la de sus familiares y la de su entorno.
Futuro del proyecto
Para garantizar la sostenibilidad del proyecto, se ha llevado a cabo un estudio para al adquisición de un terreno dentro de la ciudad de Tuléar que alberge la construcción de unas infraestructuras acordes a las actividades artísticas que desarrolla el CASEM. El edificio actual del Centro es en realidad un Cine, al que se han ido acondicionando espacios para acoger las diferentes disciplinas artísticas y musicales. Al no ser propiedad de la ONG Bel Avenir, y renovar el contrato de alquiler cada seis meses, las inversiones que se han llevado a cabo no pueden ser demasiado importantes.
Durante el año 2022 se adquirirá el terreno y el año 2023 comenzarán las obras del nuevo CASEM, en cuyo diseño se tendrá en cuenta al alumnado para que las nuevas infraestructuras se adecuen a las necesidades de las personas usuarias, sean inclusivas y accesibles a personas con capacidades diferentes y contengan zonas y espacios seguros para las alumnas.
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