En el Día Internacional de los Niños de la Calle queremos acercarte a las realidades de desprotección, injusticia y violencia que sufren muchos niños y niñas en el mundo. Se estima que hay alrededor de 120 millones de menores (sobre)viviendo en la calle: 30 millones en África, 30 millones en Asia y 60 millones en América del Sur. Esta realidad vulnera sus derechos y les deja en situaciones de alta
peligrosidad ante posibles abusos de todo tipo.
Uno de los derechos que todas y todos ostentamos por el hecho de ser, es el derecho a la educación. Según datos del Banco Mundial, la tasa de escolarización en Madagascar ha mejorado significativamente en las últimas décadas. En 2019, la tasa neta de escolarización en educación primaria (que mide la proporción de niños y niñas en edad escolar primaria que están matriculados en la escuela) fue del 70,8%, lo que aún deja a un gran número de niños fuera de la escuela. La tasa neta de escolarización en educación secundaria (para adolescentes en edad de educación secundaria)
fue del 26,8%, lo que deja por delante un largo camino aún por recorrer. La educación es un motor de cambio y de desarrollo sostenible; por ello, desde Agua de Coco, centramos nuestros esfuerzos en
garantizar el acceso a una educación de calidad y para todas las personas, independientemente de su origen o condición.
En este sentido, cabe destacar que la educación en Madagascar aún se enfrenta a muchos desafíos, incluyendo la falta de acceso a la educación en áreas rurales, la falta de recursos y la pobreza
extrema, lo que dificulta el acceso y la permanencia de los niños en la escuela quienes muchas veces son mandados a trabajar para colaborar con las economías familiares. También es destacable la brecha de género en la educación: hay una menor tasa de matriculación de las niñas en comparación con los niños. Para evitar estas situaciones de vulneración de derechos y marginalización, tenemos
dos escuelas en zonas donde los niños y niñas estaban sujetos a formas de explotación laboral (minas de sal y de zafiros): la Escuela de los Zafiros en el pueblo de Antsoamadiro y la Escuela de las
Salinas en el barrio de Ankalika. En ellas, no solo se imparten clases, sino que, además, se otorgan becas a los y las beneficiarias: desde material escolar hasta becas de comedor.
Este último punto es notorio, ya que en Madagascar se observan altas tasas de desnutrición. De hecho, aproximadamente, el 30% de la población de Madagascar sufre malnutrición y 42% de los niños/as de menos de 5 años sufre malnutrición o malnutrición aguda. Por ello, el programa de lucha contra la malnutrición distribuye complementos alimenticios como la moringa o el PlumpyGasy. La Moringa es conocida como “árbol milagroso” debido a sus propiedades nutricionales y medicinales.Es originaria del norte de la India, pero se ha extendido a otros países de Asia, África y América Latina debido a su resistencia a la sequía – que azota cada vez más el sur de Madagascar – y su fácil adaptación a diferentes climas. Es una planta muy nutritiva, rica en proteínas, vitaminas y minerales, que puede ser consumida en diferentes formas, como hojas frescas, polvo seco, cápsulas o té. Las hojas de la moringa son especialmente ricas en nutrientes, conteniendo más vitamina C que las naranjas, más calcio que la leche y más hierro que las espinacas. Por ello, desde Agua de Coco, hemos apostado por ella como motor de desarrollo local a través de la producción y distribución. Este último año, hemos procesado 257kg de Moringa en polvo, plantado 1887 pequeñas plantas y extraído 213,15 kg de aceite. Esto ha permitido que 447 niños y niñas pudieran beneficiarse de comidas balanceadas.
A pesar de los numerosos esfuerzos, aún hay mucho por hacer. ¿Nos ayudas? COLABORA