Hoy 25 de Mayo es el día de Africa y nos acercamos aun más a nuestros amigos y amigas malgaches para celebrar este día tan especial. Una jornada en la que no solo lo celebramos desde Tulear, la ciudad donde trabajamos en Madagascar, sino también en España, Francia, Suecia, Camboya y el resto de países miembros de la red.

Este día celebra el aniversario de la firma de la Organización para la Unidad Africana fundada el 25 de Mayo de 1963. Para el proyecto Namana, es la oportunidad para promover todos los valores que constituyen la esencia de este bonito proyecto: luchar contra el racismo, mirar al otro y descubrir las pluralidades culturales que nos enriquecen y conocer la diversidad de miradas del mundo, redes culturales y sus diferentes lenguajes.

Hace dos semanas, el 11 de mayo, comenzamos ya la celebración de esos valores con los niños y niñas Namana del colegio Miramadrid a través de una  sesión de Interculturalidad. El objetivo era enseñar al alumnado la riqueza que aportan los intercambios e interacciones entre diferentes culturas fundadas en el diálogo, el respeto mutuo y con el fin de preservar la identidad cultural de cada persona.

¿Como hicimos para que nuestro equipo consiguiese transmitir este mensaje a un público joven? Pues se lo hemos hecho descubrir con nuestro proprio lenguaje: El cocolés. Un poco raro para un alumnado imaginativo que creyó que era “una fruta típica de Madagascar”, o un “Colegio del coco”. Nada de eso… el cocolés es este “lenguaje” que inventamos en Agua de Coco para que podamos entendernos, ya sea en Tulear (Madagascar), Madrid, Paris, Andorra  o Battambang (Camboya). Más bien, les explicamos que el Cocolés es el ánimo y los esfuerzos que hacemos para ayudarnos mutuamente a entendernos y que lo inventamos para superar la barrera de idioma que puede ser un obstáculo en la interculturalidad. Pero en Agua de coco… ¡Siempre es posible conocer y descubrir a los demás donde quiera que estén!

Para acabar la actividad siempre de manera creativa y lúdica, el alumnado pudo alejarse de su proprio mundo para poder imaginar lo que podría ser su vida en Madagascar: como viviría, como se vestirían, de qué color tendrían el pelo o la piel… En todo caso, si un día van a Madagascar ya sabrán saludar, presentarse y despedirse en malgache… ¡Un primer paso ya cumplido para que sean Namanas ejemplares!