Tras haber visto la excelente película “Camino a la escuela” (2013), o si hemos tenido la suerte de conocer la realidad de otros países viajando, o simplemente habiendo escuchado hablar de esta problemática, sabemos que la gran cantidad de kilómetros que separan los hogares de las escuelas es uno de los obstáculos principales para la escolarización. Pero no es algo que pase solo en Camboya, sino que se trata de una cuestión omnipresente en numerosas regiones del mundo.

Desde Agua de Coco, estamos muy concienciados con este tema y creemos en la posibilidad de optimizar todos los recursos. Trabajar junto con las familias y los niños y niñas para facilitar el camino a la escuela forma parte de las numerosas medidas adoptadas para aumentar la tasa de escolarización y reducir el abandono escolar.

El uso de la bicicleta, que aquí consideramos una alternativa sana y ecológica al transporte público y privado, en otros lugares, en cambio, es una necesidad, así que hay que fomentar y apoyar esta iniciativa con unas condiciones idóneas.

En Madagascar, ya había surgido la idea de regalar bicicletas y de organizar talleres en los que se forme a los y las jóvenes a mantenerlas y repararlas.  Hoy son muchas las personas que se benefician de este medio de transporte.

En Camboya, gracias al trabajo de un equipo de voluntariado, una parte de los niños y niñas de las zonas en las que trabajamos han podido recibir bicicletas y así asistir a la escuela cada día y sacar más rendimiento de su tiempo de escolarización. Gracias a esta iniciativa, esperamos que siga bajando la tasa de absentismo escolar a la vez que aumenta la motivación tanto de los niños y las niñas como de las familias, ya que gozan de más tiempo y energía en su tiempo educativo. Además ¡nos entusiasma el hecho de estar proponiendo una alternativa sana, poco costosa y más eficiente a nivel social y medioambiental!

 

¡Viva la bici!