Con motivo de nuestro 25 aniversario, seguimos haciendo entrevistas con personas importantes en la historia de Agua de Coco. Entre ellos se encuentra el personal del equipo técnico, que desde la sede en Granada, trabaja para impulsar, coordinar y organizar nuestros diferentes proyectos y eventos. Marta López forma parte de este equipo, y nos cuenta hoy su trayectoria en Agua de Coco.

– ¿Cómo conociste Agua de Coco?

Hace ya más de 10 años que conozco Agua de Coco. Una compañera del colegio se fue de voluntaria con ellos en 2007 y me lo comentó, y desde ahí sigo su trabajo.

– ¿Por qué decidiste ser parte de la red Agua de Coco?

Anteriormente había trabajado en otras ONG´s pero que estaban muy lejos del trabajo en terreno, no había comunicación directa ni información real de los proyectos que se estaban llevando a cabo en terreno, así que decidí buscar una oportunidad una ONG que sí trabajara directamente con los y las beneficiarias en terreno. En ese momento justo, publicaron la oferta de voluntariado de larga estancia en Camboya y creí que era la señal! Así que presenté mi curriculum y por suerte me llamaron

– ¿Cuánto tiempo has estado trabajando para Agua de Coco?

1 año y medio aproximadamente

– ¿Qué hacías exactamente?

En un principio estuve trabajando como voluntaria internacional en Camboya, haciendo el seguimiento y reporte in situ de los proyectos que allí se desarrollan y una vez terminé allí, me ofrecieron la oportunidad de continuar como Coordinadora de Educación para el Desarrollo en la sede de Granada. En esta última etapa he gestionado el proyecto Námana que tiene su enfoque en la sensibilización del alumnado a nivel nacional y también he gestionado parte de la captación de fondos privados.

– ¿Qué te ha aportado Agua de Coco?

A nivel profesional, una gran experiencia como técnico tanto de proyectos como de Educación para el Desarrollo, pudiendo desarrollar un proyecto pedagógico y gestionar diferentes actividades con numerosos  centros educativos a nivel nacional; he podido seguir desarrollando la parte de técnico de proyectos, aprendiendo a adaptarme a las diferentes convocatorias que han ido surgiendo y sobretodo, he aprendido a ser flexible y adaptarme a los imprevistos del día a día.

Aunque profesionalmente ha sido una experiencia muy gratificante, yo destacaría lo que Agua de Coco me ha aportado a nivel personal. No he podido tener más suerte con el equipo con el que he tenido el lujo de trabajar, he aprendido de cada una de ellas mucho más de lo que me podría llegar a imaginar. Llegar cada día a la oficina con una sonrisa porque realmente te ilusiona entrar por la puerta y poder aportar un poquito de lo aprendido acompañada de mis compañeras, ha sido lo mejor que me he podido llevar de ningún trabajo. No puedo más que dar las gracias por todo este tiempo.

– ¿Cuál es el momento más emotivo / feliz / divertido que recuerdas en Agua de Coco?

Sinceramente no puedo elegir uno en particular, pero sí en cada mal momento que hemos podido pasar, nunca ha faltado el calor del equipo, el compañerismo y la empatía.

– ¿Cómo te imaginas la red en 25 años?

Mmm… no sé si esto es políticamente correcto pero como objetivo final de toda ONG real, me imagino habiendo hecho un gran trabajo en los países en los que trabajamos hoy en día y habiendo podido salir de ellos, pasando el testigo a la población autóctona como actores reales y principales de su propio desarrollo.